Influenciada por el modo de vida pausado del entorno, la decoración mediterránea proyecta un estilo natural y sin rebuscamientos, logrando así conformar un entorno sencillo y armonioso. En éste, la naturaleza le presta sus colores y asimismo su materia prima, predominando la madera y el metal en la confección de sus piezas.
Es un estilo que da importancia al diván, al que también conocemos como meridiana o cama turca, acompañado de piezas que sean totalmente distintas. Un par de disímiles sillones, por ejemplo. O dos sillas que podrían ser iguales, pero con adornos diferentes o tapicería de colores distintos. El rejuego está en la diferencia, muy alejada de la uniformidad.
Dentro de esta estética sin rebuscamientos es obvio que lo práctico está a la orden del día. En tal sentido, muchos muebles mediterráneos, entre ellos los divanes, son fabricados en materiales que soportan lluvia y sol, con la finalidad de poder ser usados tanto en interior como exterior. La arquitectura, a su vez, toma en cuenta integrar al ambiente hogareño la luz del sol, siempre a través de ventanas protegidas por persianas o cortinas que pueden graduar su paso para evitar el calor.
La principal característica del diván es que ocupa poco espacio, razón por la cual muchos expertos de la decoración lo prefieren, además de ser una pieza muy llamativa. Su tamaño nos permite que forme parte del mobiliario de la habitación, la librería, de la sala, terraza o el gran salón.
No obstante, hay personas que lo utilizan como un mueble auxiliar, al usarlo de manera balanceado se convierte en un elemento decorativo muy atractivo y en el anfitrión de cualquier espacio para descansar, un área de lectura o un lugar de relajación, ya que cumple la función de sofá, cama, o como un lugar extra para sentarse. Si deseas, le puedes añadir un par de cojines y almohadas, y complementarás este mueble multifuncional.