La gastronomía mediterránea es ampliamente reconocida como una de las más saludables y equilibradas del mundo. Originaria de los países que bordean el mar Mediterráneo, como España, Italia, Grecia y el sur de Francia, esta dieta se caracteriza por el uso abundante de ingredientes frescos, naturales y nutritivos.
Lo que hace a la comida mediterránea especialmente atractiva es su enfoque en la calidad de los ingredientes y en la simplicidad de las preparaciones. Las recetas suelen ser sencillas, permitiendo que los sabores naturales de los ingredientes brillen. Este estilo de vida no solo promueve la buena salud física, sino también un enfoque equilibrado y agradable hacia la alimentación.
Lasaña de Calabacín y Atún: Una Opción Saludable y Deliciosa
La lasaña de calabacín y atún es un ejemplo perfecto de cómo la comida mediterránea puede ser tanto deliciosa como saludable. Esta receta sustituye las tradicionales láminas de pasta por finas rodajas de calabacín, lo que la convierte en una opción más ligera y baja en carbohidratos, ideal para aquellos que buscan mantener una dieta equilibrada sin renunciar al sabor.
El atún, un pescado rico en proteínas y ácidos grasos omega-3, aporta una textura y sabor que combinan perfectamente con la suavidad del calabacín y el toque jugoso del tomate natural. El uso de queso mozzarella no solo añade cremosidad, sino que también proporciona calcio, un mineral esencial para la salud ósea.
Ingredientes (para 2 personas)
– 1 calabacín
– 400 g de atún en conserva
– 1 cucharadita de aceite de oliva suave
– 50 g de tomate natural triturado
– 150 g de queso mozzarella (en lonchas o rallado)
– 50 g de mozzarella rallada
– Rodajas de tomate natural para decorar
– Orégano para decorar
Preparación
- Prepara los ingredientes
Lava bien el calabacín bajo agua fría y, sin pelarlo, córtalo en láminas finas a lo largo de unos 2 mm. Puedes usar un cuchillo afilado o una mandolina para asegurarte de que las láminas sean uniformes.
Abre las latas de atún de 400g, escurre bien el aceite o agua, y desmenuza el atún con un tenedor hasta que quede bien desmigado.
- Prepara la base
Enciende el horno a 200 ºC (calor arriba y abajo) para que esté listo cuando termines de montar la lasaña.
Unta una fuente para horno con una cucharadita de aceite de oliva suave, utilizando un pincel de cocina o un trozo de papel de cocina para distribuir el aceite uniformemente.
- Montar la lasaña
Coloca una fina capa de láminas de calabacín en el fondo de la fuente, superponiéndolas ligeramente para cubrir toda la base. Añade una capa de atún desmenuzado sobre las láminas de calabacín, distribuyéndolo de manera uniforme.
Vierte unos 25 g de tomate natural triturado sobre el atún, y extiéndelo con una cuchara para que cubra toda la superficie. Coloca lonchas de mozzarella (o un poco de mozzarella rallada) 50 g, sobre el tomate triturado.
- Repetir las capas
Añade otra capa de láminas de calabacín sobre la mozzarella. Vuelve a añadir una capa de atún, seguida de tomate triturado y mozzarella, repitiendo hasta que se terminen los ingredientes. Debes terminar con una última capa de calabacín en la parte superior.
- Finalizar y hornear
Una vez montadas todas las capas, cubre la lasaña con los 50 g de mozzarella rallada, asegurándote de que quede bien distribuida. Coloca unas rodajas de tomate natural en la parte superior y espolvorea un poco de orégano seco para darle un toque de aroma y color.
Introduce la lasaña en el horno precalentado y hornea durante unos 30 minutos a 200 ºC, o hasta que el queso esté dorado y burbujeante.
- Servir
Retira la lasaña del horno y deja que repose unos minutos antes de cortarla y servirla. Esto ayudará a que las capas se asienten y sea más fácil de cortar. ¡Listo para disfrutar!