El Art Déco y el Art Nouveau son corrientes artísticas del siglo XIX y siglo XX respectivamente, con largos años de diferencia que marcan las características de cada uno.
Influenciaron en la pintura, la arquitectura y hasta en el diseño de interiorismos y moda. Aquí te presentamos un poco de historia sobre estos estilos, así como sus cualidades y diferencias, de forma que después de este artículo hables de cada uno como un experto.
Art Nouveau o Modernismo
El también conocido como arte nuevo, es un estilo que surgió en la última década del siglo XIX, cercano al 1880, presentándose ante la industrialización de Europa considerando que ya era tiempo de hacer a un lado los valores del renacimiento.
Se originó en el Reino Unido con el movimiento Arts & Crafts del artista William Morris, pero fue en Francia donde tuvo su esplendor, extendiéndose por toda Europa hasta la segunda década del siglo XX.
El Art Nouveau se trata de líneas sinuosas y curvas no geométricas en forma de látigo. Aunque también podemos encontrar ángulos rectilíneos de formas geométricas y siluetas severas. Antoni Gaudí fue uno de sus principales exponentes en la arquitectura.
Esta corriente tenía especial atención a la belleza de la mujer y a lo natural como fuente de inspiración. Así, el Art Nouveau buscaba el equilibrio y la armonía ante la incertidumbre de la época por el estallido de la Primera Guerra Mundial.
Las vidrieras de colores, columnas con formas excéntricas, flores, cerámica, ondulaciones y asimetrías, eran elementos característicos de este movimiento.
Art Déco
Por otro lado, el Art Déco es una corriente artística que toma su nombre en homenaje a la Exposition des Arts Décoratifs et Industriels Modernes celebrada en París, 1925.
Tras la Primera Guerra Mundial, el Art Nouveau tuvo una caída que dio paso al Art Déco. Este último estilo en principio estuvo inspirado por los brillantes colores y el vestuario de los ballets rusos de Diaghilev y en diseños de moda de Paul Poiret.
El descubrimiento de la tumba de Tutankamón por Howard Carter en 1922 inspiró a su vez el estilo egipcio, que se hizo presente en el Art Déco.
El Art Déco hace énfasis en las formas geométricas y escalonadas, los bordes agudos y esquinas redondeadas. Los edificios Chrysler y Empire State en Estados Unidos son ejemplos de esta corriente.
En cuanto a los materiales, la estética se caracteriza por el uso de esmalte, marfil, bronce y piedra pulida, considerados materiales caros. Mientras que otros de producción en serie serían cromo, cristal, cromado y baquelita.
A diferencia del Art Nouveau, esta corriente enfatiza la industrialización y la estructura, inspirada en las Primeras Vanguardias.
De esta manera, los patrones geométricos, cuadrados, rectángulos y círculos forman parte de este estilo que, aunque es más colorido que el Art Nouveau, es elegante sin llegar a la opulencia.
En cuanto a la aplicación de estos estilos en casa, el Art Nouveau se presta para ambientes más relajados y orgánicos, mientras que el Art Déco es ideal para espacios más modernos y sofisticados.
Para aplicar el Art Nouveau en casa, se pueden utilizar elementos como lámparas con formas orgánicas, muebles con curvas y detalles florales, y colores suaves y cálidos.
Por otro lado, para aplicar el Art Déco en casa, se pueden utilizar elementos de influencia azteca y egipcia, así como piezas de lujo en colores vivos de formas planas y/o angulosas.