La decoración de interiores es una forma de expresión personal que puede ser mejorada con la inclusión de esculturas. Las esculturas son una forma de arte que pueden añadir carácter y personalidad a cualquier espacio.
Si estás buscando opciones de integrar piezas escultóricas en la decoración de tu hogar, aquí te presentamos algunos consejos para un interiorismo único.
Elige el lugar adecuado
El lugar donde coloques la escultura es importante. Debe ser un lugar donde la pieza pueda ser vista y apreciada. Un lugar destacado en la sala de estar, en la entrada o en el comedor son opciones ideales.
Dependiendo de cómo sea la pieza, esta se puede lucir sola en el espacio o estar acompañada del mobiliario. Si el material lo permite, también puedes agregar este singular detalle a tu patio o terraza para un ambiente al estilo británico. Te recomendamos que la visualices tanto sola como acompañada para tener certeza de cómo quedará mejor.
Combina diferentes tipos de esculturas
¡Atención coleccionistas, hay espacio para todos! La combinación de diferentes tipos de esculturas puede crear una pared de galería única.
Puedes mezclar esculturas de diferentes tamaños, formas y materiales para crear un efecto visual interesante y cautivador.
Crea contraste
Si tu decoración es minimalista, una escultura que destaque en la decoración y se convierta en el centro de atención siempre es un acierto.
Si además escoges un elemento en formato XXL y con un toque de color potente, este creará un punto focal único y personal.
La escultura como elemento importante de la decoración
El arte se trata de sentimiento e interpretación, por tanto, elige piezas que te cautiven, que tengan una historia o signifiquen algo especial para ti.
La decoración no solo se trata de lograr cierto nivel de estética en un espacio, sino también de crear un feeling en el ambiente. A través de una pieza de arte puedes transmitir esto.
Además, si eres de los que decide invertir en el arte, poseer una pieza de esta clase se puede convertir, con el tiempo, en un objeto de valor que se suma al patrimonio familiar.