Los biombos son piezas que datan de miles de años y que llegó a occidente desde el oriente, nació en China y se popularizó en Japón. A pesar de ser un elemento clásico y muy antiguo, el biombo ha evolucionado en el tiempo, recobrando vida, estilo y utilidad.
Esta unidad que hoy es sumamente conocida en el mundo de la decoración, fue diseñada originalmente con el objetivo de proteger contra las corrientes de aire que surgían y eran normalmente de un solo panel. Con el paso de los años su función ha ido diversificándose, y hoy son muchos los usos que le podemos a dar a esta pieza clásica. Los biombos son de fácil movilidad y se pueden colocar como un separador de espacio (como fue pensado), cabecero de cama, vestidor improvisado (uno de los usos primeros que también tuvo), o como un simple elemento decorativo.
En el caso de los biombos clásicos, se pueden utilizar para darle un toque europeo a aquellas decoraciones de que por sí, ya son tradicionales. Con el estilo de los biombos podemos jugar. En un ambiente moderno podemos implementar una mampara clásica que resultará perfecta o lo inverso, para logar un toque bien ¨cool¨ en el ambiente.
Hablando de los estilos, la mampara clásica tal vez no tenga tantas variantes a diferencia del moderno, que se hasta su forma de organizar los paneles es muy diversa. En ese sentido hay mucho para escoger.
Entre los estilos de biombos modernos más destacados se encuentran: los coloridos, con tramas, tapizados, pintados o lacados, biombos metalizados, reciclados (con materia prima reutilizada y apostando al medio ambiente), y mimbre. Sin embargo, uno de los que más llama nuestra atención es el estilo que varía su forma panel a panel, cambio en cada uno el alto y el ancho, provocando un divertido efecto visual.