Piezas sentimentales. Las piezas con valor sentimental para los dueños que se mudan de un apartamento a un penthouse, se convierten en un reto para cualquier diseñador de interiores. Le ocurrió al arquitecto e interiorista Jesús Hernández quien, para complementarlas con las de nueva adquisición se lanzó hacia una propuesta ecléctica.
Con la combinación de elementos le dio entrada al ‘modern-global’. Reinterpretó en una gama tropical y cálida elementos habitualmente usados en los países nórdicos, combinándolos con piezas “mid-century» e industriales, y luego los trabajó en un estilo macro-moderno.
Aprovechar la luz natural
En este apartamento donde la iluminación natural permea el espacio, adueñándose del entorno a veces en demasía, el diseñador optó por aprovechar puntualmente esa luz en el interiorismo. Mas no dejándola entrar a raudales, sino por el contrario, jugando con el claroscuro que utilizó como hilo conductor en toda la residencia. Y el color negro en su tonalidad grafito, que a ojos vista podría haber sido descartado de primera intención, se convirtió aquí en el núcleo vertical de circulación. De esta manera, “se aprecia mucho más el deseado contraste en las diversas áreas”.
El negro hace igualmente de las suyas en el hierro, como parte de una paleta de colores eminentemente industrial con acentos de color aplicados según los materiales y lugares hacia los cuales dirigir la mirada. El dramático efecto, empero, no proyecta negatividad. Es que lo neutraliza con diferentes detalles, entre estos la madera.
Integrando las piezas con valor sentimental
Para reutilizar la mayoría de las piezas excepcionales, buscó su mejor ubicación en las áreas sociales, situadas en la parte superior del ‘penthouse. Una de ellas, un ‘wall art’, diseño de Piña Rosa Studio, es un mapa representativo de la ciudad natal del dueño de este apartamento. Esta “statement piece”, aun cuando fue creada para su casa anterior, es en este penthouse donde cobra vida, debido a la mayor escala de los espacios.